29 enero 2007

¡Hágase la luz! -en todas sus frecuencias-

"...Entre los seres humanos, la mayoría de «blancos» lo son bastante menos que la nieve recién caída (o incluso que un frigorífico de ese color), y la mayor parte de «negros» lo son menos que el terciopelo negro. Se trata de términos relativos, vagos, confusos.
La fracción de la luz incidente que refleja la piel humana (reflectancia) varía de modo considerable de un individuo a otro. La pigmentación de la piel se debe principalmente a una molécula orgánica llamada melanina, que el cuerpo ela­bora a partir de la tirosina, un aminoácido corriente en las proteínas. Los albinos padecen una anomalía hereditaria que impide la síntesis de melanina. Su piel y su pelo son de un blanco lechoso. El iris de sus ojos es rosado. Los animales al­binos son raros en la naturaleza porque, por un lado, su piel proporciona escasa defensa contra la radiación solar y, por otro, carecen de camuflaje protector. Los albinos no suelen vivir mucho tiempo.En Estados Unidos, casi todo el mundo es moreno. Nuestras pieles reflejan algo más la luz del extremo rojo del espectro visible que la del extremo azul. Es tan absurdo des­cribir como «de color» a los individuos con un contenido elevado de melanina como calificar de «pálidos» a quienes lo tienen bajo.Las diferencias significativas en la reflectancia de la piel sólo se manifiestan en la banda visible y en frecuencias inme­diatamente adyacentes. Los descendientes de europeos nórdi­cos y aquellos cuyos antepasados procedían del África central son igual de negros en el ultravioleta y en el infrarrojo, donde casi todas las moléculas orgánicas, y no sólo la melanina, ab­sorben la luz. Únicamente en la banda visible, donde muchas moléculas son transparentes, es posible la anomalía de la piel blanca. En la mayor parte del espectro todos los seres huma­nos somos negros..."


Otra de
Miles de Millones

Es tan sencillo...


"...Existe una correlación global bien documentada entre la pobreza y las tasas de natalidad elevadas. En países grandes y pequeños, capitalistas y comunistas, católicos y musulma­nes, occidentales y orientales, el crecimiento demográfico ex­ponencial se reduce o se detiene en casi todos los casos cuan­do desaparece la pobreza extrema. De manera cada vez más apremiante, a nuestra especie le conviene que cada lugar del planeta alcance a largo plazo esta transición demográfica. Por esta razón, el contribuir a que otros países consigan hacerse autosuficientes no es sólo un acto elemental de decencia hu­mana, sino que también redunda en beneficio de las naciones más ricas en disposición de prestar ayuda. Una de las cues­tiones cruciales en la crisis demográfica mundial es la po­breza...."


Miles de millones

Carl Sagan

1997